El jugador y campeón argentino de tenis en silla de ruedas internacional, Gustavo Fernández viajó al otro lado del mundo para jugar el Australian Open y defender su título cuando, desafortunadamente, le ocurrió lo menos pensado.
“Usted perdió mi silla de ruedas y no tuvo la cortesía de contestar el teléfono en un día entero. Por favor, @FlyAirNZ en contacto conmigo tan pronto como sea posible”, fue el reclamo que Fernández publicó en Twitter luego de no recibir ninguna respuesta de la compañía Air New Zealand.
Tras la denuncia pública del abanderado argentino en los Juegos Paralímpicos, aproximadamente una hora y media después, la compañía de vuelos replicó el reclamo en las redes sociales: «Hola Gusti, lamentamos escuchar eso. ¿Podés mandarnos un mensaje privado con más información?».
Luego de sufrir un infarto medular que lo dejó discapacitado de la cintura para abajo, Fernández tomó la decisión de destacarse en el mundo del deporte. Con tan solo 23 años de edad, el deportista oriundo de Río Tercero –provincia de Córodba- encabeza el ranking mundial de la International Tennis Federation (ITF) y durante el 2017 se consagró campeón del Grand Slam de Australia.
Fernández viene de una familia de deportistas, empezó a jugar al tenis a los seis años porque su madre entrenaba. Además, tanto su padre como su hermano fueron jugadores de basquet profesionales. En varias oportunidades relució su visión optimista y superadora, destacó ante la prensa que su vida «no cambió» por no poder usar las piernas y hasta reconoció que a veces «agradece» estar en sillas de ruedas debido a que le permitió «vivir muchas cosas que tal vez de otra forma no hubiera vivido».