Los Juegos Paralímpicos cerraron con una emotiva ceremonia de clausura y los atletas latinoamericanos lograron una destacada participación en París 2024, mucho mejor que los olímpicos que compitieron en la capital francesa entre finales de julio y mediados de agosto.
Los latinoamericanos ganaron 176 medallas, es decir, una de cada diez preseas otorgadas en el certamen deportivo.
De oro fueron 52, de plata, 47 y de bronce, 77.
Si bien en los Paralímpicos se desarrollan menos disciplinas que en los Olímpicos, hay muchas más categorías en casi todas porque de dividen en función del tipo de discapacidad que tienen los atletas.Es decir, aquellos de baja visión o completamente ciegos no van a medirse con atletas sin alguna de las extremidades, porque estarían en condiciones muy diferentes.
Esto hace que en los Paralímpicos se entreguen unas 1.700 medallas en lugar de las 1.000 de la máxima justa mundial.
Pero esa no es la razón para que el número de medallas de los paratletas latinoamericanos sea mayor que la de sus colegas atletas.
Proporcionalmente, los primeros obtuvieron el doble de sitiales en los podios que los segundos.
Y mientras que en los JJOO uno de cada 18 atletas de la región que compitieron en París obtuvo una medalla en promedio, en los Paralímpicos fue uno de cada tres.
Los números del deporte paralímpico de América Latina han ido mejorando en los últimos años, arrastrados sobre todo por Brasil, y con resultados destacados en Colombia, México, Argentina y Cuba.
También hubo medallas para Venezuela, Ecuador, Chile y Perú.
En París 2024, el equipo paralímpico de Brasil fue el cuarto país más laureado, con 89 medallas.
Pero incluso si se aparta a Brasil del grupo, las demás delegaciones de la región mostraron logros igual de auspiciosos.
«Seguir referentes de países fuertes, como Brasil, nos ha llevado a ir creciendo poco a poco. Entre cada comité nos apoyamos, entonces la sumatoria de trabajo en equipo puede coadyuvar a ese crecimiento y desarrollo», explicó a BBC Mundo el presidente del Comité Paralímpico de las Américas, Julio César Ávila.
El dirigente deportivo señaló que la clasificación para los Juegos Paralímpicos es «mucho más estricta» que para los Olímpicos, y que por ello quienes llegan son «prácticamente los mejores del mundo».
Ávila añadió como razón para el éxito el apoyo de los gobiernos, gracias al cual han formado entrenadores que dieron estos resultados.
A los Juegos Paralímpicos se presentan menos países que a los Olímpicos, pero la mayoría de los latinoamericanos concurren a los dos eventos, lo que colabora con el destaque de la región.
«Estar en los Juegos Paralímpicos no es simplemente llegar. Hay un proceso de clasificación, de eventos obligatorios que se tienen que cumplir. Hay países que por falta de apoyo no pueden cumplir con esa ruta. Y eso se ve reflejado en la cantidad de atletas que participan por país», indicó Ávila.
Récords latinoamericanos en París
El brasileño Yeltsin Jacques batió su propio récord mundial, que había alcanzado en los Juegos de Tokio, en 1.500 metros masculino clase deportiva T11 (baja visión o ceguera completa).
Esta vez hizo 3 minutos 55,82 segundos, casi 2 segundos menos que hace tres años. cuando también se llevó el oro.
En esa oportunidad también logró la presea dorada en 5.000 metros, pero esta vez quedó en tercer puesto.
En 5.000 metros masculino, también categoría T11, el récord lo ostentaba Jacques, pero en esta edición paralímpica se lo arrebató su colega brasileño Júlio Cesar Agripino.
Con un tiempo de 14:48,85, bajó más de 5 segundos la marca de Jacques.
También ganó el bronce en 1.500 metros.
Otro que se superó a sí mismo fue el colombiano José Lemos, quien en jabalina llegó a lanzarla a una distancia de 63,81 metros.
En los panamericanos disputados en Santiago el año pasado había logrado la mejor marca mundial con dos metros menos.
Lemos compite en la categoría F38, que es para aquellos atletas con problemas de movimientos y coordinación en el cuerpo.
Más allá de la presea dorada de esta edición, en Tokio 2020 ya la había ganado en la misma disciplina.
Lemos tiene, a su vez, dos bronces por salto largo, uno en París y otro en Tokio.
La brasileña Jerusa Santos mejoró en 3 segundos su propio récord mundial y redujo a 11,80 segundos su tiempo de 100 metros en la categoría femenina T11.
Santos, que es completamente ciega, corrió junto a su guía, Gabriel Garcia, quien además compitió semanas atrás en los Juegos Olímpicos como parte de la delegación de Brasil.
De esta forma, Garcia se convirtió en el primer hombre brasileño en disputar Juegos Olímpicos y Paralímpicos en un mismo año.
Además de este oro ganado en París, Santos obtuvo dos medallas de plata en Londres 2012 y dos medallas de bronce (una en Pekín 2008 y otra en Tokio 2020).
Una de las colombianas destacadas en los Paralímpicos fue Karen Palomeque.
La atleta superó la marca de la británica Sophie Hahn en 100 metros femenino T38 (personas con algún grado de dificultad de movimiento y coordinación) al cruzar la meta en 12,26 segundos.
No solo eso. También en 400 metros marcó un nuevo récord mundial -que ya ostentaba- con un tiempo de 58,67 segundos.
Palomeque se llevó, además, un bronce en salto largo.
La brasileña Elizabeth Gomes consiguió dos récords.
Uno fue el récord paralímpico, en lanzamiento de disco F53, con una marca de 17,37 metros. Ya tenía el récord mundial.
El otro fue mundial, en lanzamiento de bala, al superar su propio récord mundial por 7 centímetros y lograr una distancia de 7,82 metros.
La categoría F53 corresponde a la discapacidad motriz en torso y piernas.
Se mueve en el agua como un delfín y es conocido como Gabrielzinho.
Gabriel Araújo, que no tiene brazos y sus piernas son cortas, superó su propio récord mundial en 150 metros individual combinado categoría SM2 masculino.
Pero no solo batió su marca de un año antes -que era la mejor del mundo- sino que en esta edición de los Juegos Paralímpicos, rompió el récord dos veces el mismo día.
Gabrielzinho obtuvo tres medallas de oro en París 2024. En Tokio 2020 había ganado dos de oro y una de plata.
El costarricense Sherman Guity consiguió el récord paralímpico en 100 metros llanos masculino categoría T64, con un tiempo de 10,65 segundos, y se llevó el oro.
Lo peculiar de este atleta fue que primero rompió el récord en la ronda inicial, pero el mismo día el italiano Maxcel Amo Manu lo superó.
En la final, Guity bajó aún más la marca y recuperó la distinción.
En Tokio 2020, el tico había ganado la plata en esta disciplina.
En aquella justa, Guity había conseguido el primer lugar en 200 metros y se quedó con el récord paralímpico en su clase.
Pero en París 2024 se superó a sí mismo y marcó un nuevo mínimo en Juegos Paralímpicos.
La ecuatoriana Kiara Rodríguez, que tiene desde el año pasado el récord mundial en salto largo femenino clase T47, obtuvo esta vez el récord paralímpico de 6,05 metros.
El dominicano Wagner Astacio compitió en salto largo masculino clase T42 y se quedó con el récord paralímpico, con una marca de 3,90 metros.
Claudiney Santos, de Brasil, obtuvo el récord olímpico en lanzamiento de disco masculino clase F56, con una marca de 46,86 metros.
El brasileño Edenilson Floriani, que ostenta el récord mundial en lanzamiento de jabalina masculino clase F42, consiguió en París el récord paralímpico, con una marca de 57,99 metros.
Rayane Soares le llevará a Brasil el récord mundial en 400 metros femenino clase T13, con un tiempo de 53,55 segundos.
Naibys Morillo, de Venezuela, se quedó con el récord paralímpico en lanzamiento de jabalina femenino clase F46, con una marca de 43,77 metros.
Amplio medallero
La leyenda paralímpica cubana Omara Durand logró tres oros en París, y llevó su palmarés a 11 preseas doradas en cuatro ediciones de los Juegos Paralímpicos.
En Londres 2012 se llevó dos primeros puestos; en Río de Janeiro 2016, tres; y en Tokio 2020, otras tres.
La nadadora brasileña Carol Santiago finalizó los Juegos como la atleta paralímpica latinoamericana con más medallas: tres oros y dos platas.
Y el hombre latinoamericano con más medallas en París 2024 fue también de Brasil.
Tallison Glock se quedó con un oro, una plata y dos bronces.