Tomado de El Nacional
Alejandra Aybar
La paratleta dominicana Alejandra Aybar ha encontrado más que un espíritu competitivo en la natación, ya que este deporte le ha servido no solo para representar a su país a nivel internacional, sino que le ha ayudado a tener bienestar emocional en su vida.
Aybar, medallista Parapanamericana, señala que a través de la natación ha podido prepararse para enfrentar los desafíos que le depara el diarismo, iniciando la jornada con buena actitud y valorando más su cuerpo.
Esta profesional de la ingeniera industrial, ha tenido que buscar un equilibrio entre sus actividades deportivas y laborales.
Pese a los desafíos de su discapacidad, generada por la osteogénesis imperfecta (enfermedad que provoca fragilidad en los huesos), el nadar le ha servido de aliciente físico y espiritual.
La natación en Alejandra ha generado una metamorfosis en todos los sentidos, al indicar que su percepción de sí misma ha cambiado, porque puede sobreponerse a ciertas complejidades de la vida.
“He desarrollado la capacidad de enfrentarme a las situaciones de la vida y defender mis derechos, y me ha dado un norte muy claro de hacia dónde me dirijo a nivel personal y profesional”, explica la atleta paraolímpica de 35 años de edad.
Liderazgo
Sin proponérselo, se ha convertido en una especie de líder dentro del movimiento paralímpico.
“Pienso que el liderazgo ha sido una combinación de deseo de superación y de que las cosas se hagan bien para mí y para los demás, acompañado con la voluntad de Dios, mi preparación académica y la facilidad para comunicar mis ideas”, dice Alejandra.
En el deporte no todo ha sido paz, al explicar que en República Dominicana muchas persona aún perciben a los paratletas como atletas de relleno o de exhibición, por lo que indicó que se necesita hablar más de Paradeporte para los que todavía no se han enterado, lo sepan y para que muchas personas con discapacidad se inserten en deporte ya sea recreativo o nivel competitivo.
“Falta que marcas y medios de comunicaciones abracen la inclusión, y que veamos atletas con discapacidad en las revistas, en los anuncios, para que haya representación y no solo cuando ganamos una medalla”, precisó.
Voz en alto
Su llegada al deporte ha desarrollado en ella una pasión, por la forma en que estos pueden cambiar e impactar vidas. Sin embargo, le disgusta que el deporte sea utilizado como un instrumento político.
Puso como ejemplo lo sucedido en 2021, cuando fueron entregadas las indumentarias a la delegación dominicana que compitió en los Juegos Paralímpicos de Tokio, la cual recibieron con mucha emoción, según describe Alejandra, pero estos aparentaban ser vestimentas sobrantes de las correspondientes a los atletas convencionales que participaron en los Juegos Olímpicos de ese año: “Recibí un kit extra large y mido 128 centímetros de estatura”.
“Más que criticar, quiero traer a la reflexión el impacto que cosas como esas tienen en la motivación del atleta. No se compite por el uniforme, pero tener uno para ti te hace sentir incluido, sin hablar de que hay que salir a buscar un sastre dos o tres días antes de viajar. La intención de actos como esos no debe generar views en una foto”, señaló Alejandra.
Equilibrio
Tiene su mirada puesta en llegar a los Juegos de París 2024, pero a su vez tiene que atender a los compromisos asumidos por un año con el Comité Paralímpico Internacional, donde labora con el impulso deportivo de países en vía de desarrollo como la República Dominicana.
Alejandra revela que mantenerse en salud desde el 2022 ha sido algo difícil, luego de sufrir dos fracturas en las costillas y desde mayo del 2023 ha tenido que lidiar con fuertes dolores en los tobillos y las muñecas, producto de su condición ósea, por lo que tuvo que someterse a procesos de recuperación.
“Seguimos al pie del cañón entrenando y preparándonos con mucho animo para lo que se viene”, aseguró Alejandra sobre su intención de llegar por segunda ocasión a unos Juegos Paralímpicos.
UN APUNTE
Inspiración
“Ahora mismo los Juegos Paralímpicos son mi mayor motivación para seguir compitiendo, además de que disfruto mucho hacerlo. Solo un atleta entiende la emoción sin medida que provoca competir”, señala Aybar.
EL DATO
Satisfacción
“Aprendí a nadar con casi 26 años y mirándolo desde ahí creo que es aun más meritorio todo lo que he logrado en los últimos 8 años”.