Un robot te dirige a tu asiento en el estadio mientras unos meteoritos artificiales dejan su estela en el cielo. Abajo, cientos de actores vestidos con trajes tradicionales japoneses se deslizan por el pabellón. Observas todo esto mientras una aplicación de traducción multilingüe en tu smartphone te describe lo que está pasando.
Parece ciencia ficción, pero es la alocada visión a la que Japón le quiere dar vida.
Bienvenidos a los Olímpicos de Tokio 2020, un evento que Japón espera que simbolice el aura tecnológica del país y que atraiga al turismo.
Aldeas robóticas y lluvias de meteoritos
Shinzo Abe, primer ministro de Japón, sorprendió al presentarse en la ceremonia de clausura de los Juegos de Río vestido como Super Mario, el icónico personaje de los videojuegos, con lo que se da una idea de lo que nos tienen reservado.
Japón es famoso internacionalmente por sus innovaciones tecnológicas, así que los organizadores de Tokio 2020 quieren emprender ambiciosos proyectos tecnológicos que impulsen la economía y asombren a la multitud.
Los turistas que se alojen cerca de la Villa Olímpica en Odaiba, un barrio de Tokio, pueden elegir, por ejemplo, entre recurrir a robots ayudantes de todos los tamaños y tipos, que les ofrecerán consejos sobre la mejor forma de transporte, la mejor comida y el mejor entretenimiento en Tokio.
Además, no será el único lugar en el que encuentren robots.
El gobierno tiene la intención de triplicar su gasto en robótica, así que es muy probable que los visitantes los encuentren como concierges en hoteles y aeropuertos, en donde estarán disponibles para atenderte.
La empresa japonesa Robot Taxi Inc. también está trabajando en unos vehículos sin conductor que los visitantes abordarán para ir de estadio a estadio, mientras que Panasonic está desarrollando dispositivos de traducción que se pueden llevar al cuello. Durante los eventos deportivos, los visitantes podrán ver que los árbitros humanos usarán tecnología de láser en 3D para analizar los movimientos complejos de los gimnastas, lo que les permitirá asignar puntajes más precisos.
Como cereza del pastel, es muy probable que en Tokio 2020 se exhiba una lluvia artificial de meteoritos en vez de fuegos artificiales. ALE, la empresa emergente japonesa que pretende poner en escena este espectáculo, quiere poner a prueba la idea en 2018.
El estadio de Kengo Kuma
En un principio, la controversia que surgió por el diseño futurista abandonado de la difunta arquitecta británico-palestina Zaha Hadid provocó que el entusiasmo decreciera. Sin embargo, ningun juego olímpico está completo sin el clásico estadio nacional.
El diseño de Kengo Kuma, el renombrado arquitecto japonés, reinterpreta los estilos tradicionales de los edificios japoneses para el siglo XXI.
Su estructura ovalada, recubierta con una celosía de madera, será el centro de las Olimpiadas de 2020; parece que está dispuesto para permitir que los visitantes gocen de un espacio en el que se combinan un trasfondo futurista con el amor japonés por las estructuras de madera.
El encanto de Tokio
En 2015, Tokio encabezó el Índice de Ciudades Seguras en cuanto a seguridad digital y de salud, infraestructura y seguridad personal, así que los visitantes no tienen que preocuparse por la violencia y la delincuencia como las que han azotado a Río.
La ciudad es un mosaico de barrios de moda llenos de cafeterías, centros nocturnos, restaurantes, espacios artísticos y centros comerciales. A pesar de que tiene una población de 13 millones de personas y edificios densamente poblados, también se clasificó a Tokio como la «ciudad más habitable» de 2015 en la encuesta anual de calidad de vida de la revista de asuntos mundiales Monocle.
«Todos pueden experimentar el estilo de vida hipermoderno y el respeto por los valores históricos en Tokio», dijo Hikariko Ono, portavoz del Comité Organizador de la Olimpiadas de Tokio 2020 a CNN. «Nos enorgullecen los récords de seguridad pública, infraestructura y hospitalidad».
En Japón, la palabra omotenashi refleja un estilo japonés de hospitalidad y servicio en el que se sube a los invitados a un pedestal y se los trata con el máximo respeto.
Ono cree que los voluntarios que trabajarán en las olimpiadas, así como los tokiotas que trabajan en el sector de los servicios, recibirán a los turistas con este espíritu en 2020.
Pero para asegurarse de que todo corra sobre ruedas, Tokio tendrá que resolver algunos problemas de congestión y asegurarse de que haya hoteles suficientes para satisfacer el influjo de atletas y turistas a la ciudad en 2020.