La vida diferente que le tocó vivir a Ángel Liberato fue la inspiración de un grupo de jóvenes y maestros para crear un sistema tecnológico mediante el cual las personas con discapacidad podrían vivir en cualquier residencia sin la ayuda de sus familiares o allegados.
Sí, se trata de un grupo de jóvenes y docentes del Centro Educativo Católico Nordestano Pedro Francisco Bonó, en San Francisco de Macorís, quienes por cuatro meses se sumergieron en un proyecto de innovación tecnológica interdisciplinaria con el propósito de brindarles a personas como Ángel, que padece de un trastorno congénito del movimiento, el tono muscular y la postura, una vida más plena e independiente.
La historia de este chico de 23 años llegó a oídos de los estudiantes y docentes a raíz de que Ángel se ha convertido en una persona popular por la actitud positiva que ha tomado frente a su realidad, convencido de que a pesar de que se desplaza en una silla de ruedas, y de que tiene algunas limitaciones para hablar, no es impedimento para que estudie Ingeniería en Sistemas en la Universidad Católica Nordestana –UCNE-.
Ángel dice que, para él, esta “casa inteligente”, (proyecto), le garantizaría autonomía y sería un alivio para su madre que tiene que estar pendiente de todo debido a que hay acciones en la casa que él no puede realizar por la parálisis cerebral infantil que padece.
El joven ve este proyecto como una herramienta de gran utilidad ante la falta de accesibilidad y adaptabilidad que existen en las viviendas tradicionales y que a menudo perpetúan las limitaciones físicas de las personas.
Busca mejorar la calidad de vida
Este proyecto, monitoreado por los maestros Estarlin Torres, de física, Daneily Mora, de matemática, Thomàs Hierro, de Arte y Miguelina Espinal, de informática, viene a traer soluciones para las necesidades de las personas con discapacidad motora, especialmente las que no tienen recursos.
Para explicarlo de manera más sencilla y clara, es un sistema automatizado con el que mediante un comando de voz las personas con limitaciones motoras podrían tener el control de diversas áreas del hogar, como la iluminación, la climatización, la seguridad, la comunicación y la movilidad.
Los estudiantes del curso Sexto B, Adonis de los ángeles, Gausly Minaya, Daniel Herrera y Leonardy López, combinaron la física para comprender sensores y actuadores, la computación para programar sistemas con arduino, las matemáticas para resolver problemas de programación, y el arte para diseñar y decorar un prototipo de casa inteligente.
El objetivo principal de este proyecto es mejorar la calidad de vida y la autonomía de las familias de las personas con discapacidad a través de la innovación tecnológica.
Los estudiantes trabajaron en equipos para crear soluciones prácticas y creativas que aborden las necesidades específicas de las personas con discapacidad, fomentando así el aprendizaje basado en proyecto, en la cooperación y la empatía hacia los demás.
Efectivo, asequible, inclusivo y económico, fueron las cuatro palabras claves con las que los adolescentes estudiantes, de 16 a 18 años, definieron su proyecto al que denominaron la “Casa Inteligente”.
Estarlin Torres, maestro de física, resalta que esta iniciativa de la “Casa Inteligente”, es un ganar-ganar ya que les brinda un elemento tecnológico necesario para que las familias de las personas con condiciones de discapacidad desarrollen sus actividades con libertad.
Es más, el docente ve esta iniciativa con alcances más profesionales: “Este proyecto innovador brinda un elemento que pueden ser replicados en la vida real por arquitectos e ingenieros para el posible diseño de casas inteligentes, las cuales podrán impactar en la mejora de la calidad de vida de todos los miembros de la familia”.
Las palabras de Ángel Liberato confirman a los maestros y estudiantes que todo el esfuerzo y dedicación a este proyecto valió la pena: “De tener este sistema en mi casa yo me sentiría más normal como persona”.
Gana concurso de Buenas Prácticas
El proyecto de la “Casa Inteligente”, fue reconocido por el Ministerio de Educación (Minerd), como uno de las nueve buenas prácticas innovadoras de los niveles Inicial, Primario y Secundario que utilizan las nuevas tecnologías para potenciar los aprendizaje en etapa oportuna y hacer frente a diferentes desafíos sociales.
En este concurso de Buenas Prácticas, el proyecto fue presentado por el maestro de física, Estarlin Torres, siendo ganador del tercer lugar entre los participantes del Nivel Secundario del sistema de educación en la República Dominicana.
Torres explica que este sistema automatizado, y que se ejecuta mediante un comando de voz, sería asequible para cualquier familia porque tendría un costo de menos de tres mil pesos.